ROMANCE SAYAGUES
Raúl Iglesias.
Se levanta don José
justo antes de que amanezca,
para amordazar al gallo
que a su familia molesta,
con tan bastos decibelios
que sonrojaban su cresta.
Ha caído buena pelona*,
se ve todo blanco fuera,
y algo se ha metido dentro
sin repiquetear la puerta:
el frío es alguien osado,
maleducado y asceta.
Echa un vistazo a los llares*
de los que el caldero cuelga,
y sujeta la perola*
que cada vez menos pesa,
desayunando una sopa
que al estomago no llega.
Ya tomará algo de leche
cuando el mediodía venga,
que no hay mejor recipiente
que amorrarse de la teta,
de cualquiera del rebaño
que pueda llamarse oveja.
Sobre el pijama de largo
que hace su piel más espesa,
se coloca un pantalón
con más piteras* que tela,
pero cumplen su misión
de dar calor a las piernas.
Se viste poquito a poco
todo el resto de las prendas,
que no eran tampoco muchas,
pero de ello no se queja:
"peor es estar desnudo"
para sus adentros piensa.
Echó mano al avantal*
del mandil de la parienta,
dejándole una teronja*
que amarró ayer de la tierra,
porque hoy es su aniversario;
para darle una sorpresa.
Nada mas salir vinieron
cuatro perros y una perra,
a saludar a su amo,
con sus colas como estelas,
persiguiendo a aquel hocico
al que jamás nunca llegan.
José empieza la jornada
mientras sus manos refriega,
presto a chiscarse* un cigarro
con la luz de alguna estrella,
que aún ocupan un cielo
que parece que clarea.
Nuestro José anda algo renco*
sin llegar a ser cojera:
debe ser por dormir mal
sobre aquella cama vieja,
sobre la que se achaparra*
para ver lo que se sueña.
Pero ya se pasará,
supone mientras se aleja:
por si acaso su cachaba
agarraba con gran fuerza:
"que más vale prevenir..."
Así mismo se recuerda.
Comienza a salir el sol
mientras él va a la dehesa,
para llevar al ganado
a triscar la blanca hierba,
que a verde se tornará
cuando encienda el sol su mecha.
Saca el moquero* José:
las narices le molestan,
y se suena, tan, tan fuerte,
que los pardales despiertan
y sin el desperezarse,
nada más despertar, vuelan.
Bajo su hombro cuelga el hato*,
que a su paso bambolea,
un machao*, un cacho carne
y pan duro con manteca,
que tienen que valer de
comida, merienda y cena.
Entre encinas florecidas
y las cortinas* de piedra,
era bien difícil que
la sonrisa no saliera
a libar sobre las flores
que a lo alegre nunca vetan.
Hay que andar pasito a paso:
sólo tienen bicicleta,
el cartero y el alcalde
y nadie más que se sepa.
Aunque amaneciese helado,
ya estamos en primavera:
por el día hacía bueno
y a media tarde refresca.
Dejando atrás andurriales*
a todas partes se llega,
y a lo lejos se divisa
-dónde se borra la senda-
el rebaño de José,
amarisado*, a la espera
de que abran la gran cañiza
de la que son prisioneras,
para ir a sorver la charca
y paladear la hierba,
porque no hay mejor manduca*
que la que daba la tierra.
Lo primero es el beber,
porque la boca está seca
y camino de la charca
las pezuñas se tropiezan,
porque acuden en montón
como si espacio no hubiera.
José abreva de la fuente,
arrodillado ante ella,
como queriendo rezar
a la santa agüita buena.
Y separa los rumiacos*
que en el liquido se mezclan,
para que no atragantasen
su cuello, como una cuerda.
Las mañanas pasan bien
mirando la roja mela*,
con jota de un tal José
sobre la nalga derecha,
de las ovejas que nunca
se cansan de comer hierba.
Ya era la hora de comer,
porque los perros se acercan,
y nunca hay mejor reloj
que las barrigas hambrientas.
Don José siempre comparte:
le enseñaron en la escuela
a la que nunca fue, que
el dar también alimenta.
Lo mira del lado bueno,
quizás pa´comer no tenga,
pero tampoco tendrá
que limpiarse las boceras*.
Las ovejas a lo suyo,
y don José echa la siesta,
soñando, no que era rico,
si no que la vida es bella,
si te sabes conformar
con lo poquito que tengas.
Ya con la tarde avanzada
se oyó un ruido que se frena,
adelantando la noche,
ennegreciendo la esfera;
maquillando el grande cielo
con pinturas de tormenta.
Llegó pronto el chaparrón:
!por Dios, salvese quién pueda!
Echó don José a correr
a encerrar a las ovejas.
Vengándose* de hacer todo,
se giró, dando la vuelta,
para iniciar el camino
que a su casa le regresa.
La cosa se puso mal:
perdió el rumbo y la chaqueta,
sobre el vaivén de una rama
que se interpuso indiscreta.
Don José ya se preocupa
porque el camino no encuentra:
de nada valen los ojos
ante la negrura espesa.
A sus perros no los ve,
porque ellos, que si se orientan,
se adelantaron confiados
pensando en que los siguiera.
Se acurrucó entre dos rocas
que su chinostra* cubrieran,
de aquel aguacero que
en vez de mojar, derrenga.
No maldecía su suerte,
sólo aguardaba a la espera,
de que la tormenta pase
y como vino se fuera.
Tan sólo le consolaba,
el que si llueve, no hiela,
aunque ya siente en sus carnes
que el frío de él se apodera.
Y apretándose en si mismo,
por sus familiares reza:
porque si llega a faltarles
su corazón no les duela.
Al ras de dejar la vida
en una curiosa mueca,
una luz iluminó
el hueco entre las dos piedras,
y se sentía el calor
de algún agosto cualquiera.
Se incorporó lentamente,
mirando a la compañera
que compartía cobijo
erguida sobre su vera:
llevaba como el atruejo*
que en carnaval se pusiera
y no se hubiese quitado
por un despiste cualquiera.
Era la virgen María,
con una sonrisa puesta,
con un fulgor como si
se alimentase de leña.
Se retiró su mantón,
de un claro azul que recuerda,
el cielo de donde viene
aquella mujer tan bella.
Se lo colocó a José
en cima de su silueta
y tocó aquella mejilla
que nota que se calienta.
A la mañana siguiente
despertó con cinco lenguas:
lengua de sus cuatro perros
y como no, de su perra.
No sabe si lo soñó
o la experiencia fue cierta.
Era ya un nuevo día,
una mañana estupenda,
y mientras se incorporaba,
don José cayó en la cuenta,
que hilos de color azul
sobre su camisa cuelgan,
como la prueba fehaciente;
como divinas banderas.
* PELONA : Helada.
*LLARES:Cadena en la que se cuelgan los calderos
en las chimeneas
*PEROLA: Cazuela u olla grande.
*PITERA:Agujero en un saco, ropa...
*AVANTAL: Bolso que llevaban las mujeres bajo el mandil.
*TERONJA:Lirio azul.
*CHISCAR: Prender.
*RENCO:Cojo.
*ACHAPARRARSE: Espatarrarse, descansar relajadamente.
*MOQUERO: Pañuelo.
*HATO: Ropa y comida que se lleba al campo.
*MACHAO: Hacha.
*CORTINA: Terreno propio cercado con pared de piedras.
*ANDURRIAL:Camino o sendero malo de andar.
*AMARISARSE: Ganado agrupado.
*MANDUCA: Comida.
*RUMIACOS: Planta acuática.
*MELA: Mancha de tintura para distinguir a las ovejas.
*BOCERAS: Suciedad en torno a la boca después de comer.
*VENGAR: Ser capaz.
*CHINOSTRA: Cabeza.
*ATRUEJO: Disfraz de carnaval.
Raúl Iglesias & Miguel Cabezas 2012
(c)
